LA TRADICIÓN
Y LAS ESCRITURAS
«Hay un
redescubrimiento de la necesidad de una Tradición, sin la cual la Biblia
queda como flotando en el aire, y como un libro antiguo entre tantos
otros. Este redescubrimiento se ve favorecido también por el hecho de
que los protestantes pertenecen, junto con los ortodoxos, al Consejo
Ecuménico de Ginebra, que es el organismo que reúne a todas las Iglesias
cristianas, a excepción de la católica. Ahora bien, decir “ortodoxia
oriental” equivale a decir “Tradición”».
«Por lo demás
–agrega–, este empecinamiento en la Sola Scriptura del
protestantismo clásico no podía perdurar, y hoy más que nunca ha sido
puesto en cuestión por le exégesis “científica”, que nacida y
desarrollada precisamente en el ámbito de la Reforma, ha demostrado que
los evangelios son producto de la Iglesia primitiva; más aún, que toda
la Escritura no es más que Tradición. Hasta el punto que, dándole la
vuelta a su lema tradicional, algunos estudiosos luteranos parecen
acercarse a la idea de las Iglesias Ortodoxas de Oriente: no se trata ya
de Sola Scriptura, sino de Sola Traditio. Y se da también,
por parte de algunos teólogos protestantes, el redescubrimiento de la
autoridad, de una cierta jerarquía (es decir, un ministerio espiritual
sacramental), y de la realidad de los sacramentos».
Los anteriores
párrafos son una cita del: Cardenal Joseph Ratzinger y Vittorio Messori.
“INFORME SOBRE LA FE”. Editorial Biblioteca de Autores Cristianos,
Madrid 1986, undécima edición, página 176. |